Entrevista a la Dra. Blanca Madurga y Mª Carmen Guerrero sobre la Esclerosis Múltiple y los problemas de la continencia

La Esclerosis Múltiple es una enfermedad que afecta a casi 2,5 millones de personas en todo el mundo. El 95% de las personas afectadas por esta enfermedad sufren síntomas del tracto urinario inferior, mientras que el 70% presenta síntomas de estreñimiento o incontinencia fecal.

La Esclerosis Múltiple es una enfermedad que afecta a casi 2,5 millones de personas en todo el mundo. El 95% de las personas afectadas por esta enfermedad sufren síntomas del tracto urinario inferior, mientras que el 70% presenta síntomas de estreñimiento o incontinencia fecal. En Wellspect hemos charlado con la Doctora Blanca Madurga y Mª Carmen Guerrero, para dar visibilidad a estos problemas y poner de manifiesto la importancia de su diagnóstico, tratamiento y seguimiento, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los pacientes.

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La Dra. Blanca Madurga, uróloga funcional, y Mª Carmen Guerrero, enfermera especializada de la consulta de urología funcional, ambas llevan trabajando más de 15 años en el servicio de urología del H. Puerta del Mar de Cádiz. Su experiencia en el diagnóstico y tratamiento de las alteraciones vesicales en los pacientes de EM es dilatada. Desde su consulta ayudan a mejorar la calidad de vida de estos pacientes que tan alterada ven su calidad de vida cuando aparecen estos síntomas.

¿Cómo afecta la Esclerosis Múltiple a la función de la vejiga?

La Esclerosis Múltiple (EM) es una enfermedad que se caracteriza por la presentación de brotes, y en cada brote, habitualmente, se produce un cambio en la situación de la vejiga. De todos modos, cada paciente es diferente y merece por tanto un estudio individualizado para determinar cómo está funcionando su vejiga.

¿Hasta qué punto estos síntomas afectan la calidad de vida del paciente?

Los problemas de continencia afectan mucho la calidad de vida del paciente, y se suman al impacto psicológico que supone ser diagnosticado de una enfermedad neurodegenerativa, como la EM. El problema es que cuando el paciente comienza a presentar sintomatología, no lo relaciona con la enfermedad, y algunos llegan incluso a normalizar sus problemas de incontinencia y no lo comentan con nadie. Solo cuando los síntomas van a más y afectan significativamente a su calidad de vida, lo comentan en la consulta de su neurólogo. Es entonces cuando se les deriva a la consulta de urología en el caso de los síntomas urinarios o a la consulta de digestivo habitualmente en el caso de síntomas intestinales.

¿Es importante la derivación precoz al especialista?

Es clave que el neurólogo les pregunte activamente por el funcionamiento de su vejiga y su intestino. Esta es la mejor manera para detectar de forma precoz cualquier alteración y poder derivarles al especialista que les ayude a tomar de nuevo el control de sus esfínteres. Es fundamental trabajar de forma coordinada entre neurólogos, urólogos, digestivos, rehabilitadores de suelo pélvico y enfermería especializada.

¿Qué recursos o acciones sería prioritario poner en marcha para poder tratar a estos pacientes desde el punto de vista urológico de forma más precoz?

Algo prioritario a poner en marcha en los centros hospitalarios es la creación de comités multidisciplinares para la EM: neurólogo, rehabilitador, digestivo, urólogo y enfermería especializada. Estos comités deberían reunirse forma periódica para poder establecer los procesos de derivación precoz oportunos, valorar posibles cuestionarios de calidad de vida que permitan mejorar la derivación, diagnóstico y tratamiento de las posibles alteraciones de la continencia que presenten los pacientes con EM, y determinar las pruebas necesarias a realizar al paciente, así como tratamientos a iniciar, etc.

¿Qué pruebas diagnósticas son imprescindibles desde un servicio de urología para evaluar la función de la vejiga?

Las pruebas básicas son una flujometría libre y una ecografía. La flujometría con medición del residuo postmiccional la solemos realizar en pacientes con sintomatología leve. La ecografía nos permite ver cómo están sus riñones y así poder descartar que no haya ninguna dilatación renal, piedras o quistes. El estudio urodinámico lo reservamos para los casos con síntomas moderados o graves. Alrededor del 50% de los pacientes requieren un estudio urodinámico cuando llegan a nuestra consulta, y tarde o temprano suele ser necesario en casi todos.

¿En qué consiste básicamente el estudio urodinámico y para qué se necesita realizar?

El estudio urodinámico nos indica cómo funciona la vejiga y el tracto urinario inferior, proporcionándonos información sobre el volumen y velocidad de la micción, el funcionamiento del músculo de la vejiga (detrusor) y el comportamiento del tracto urinario inferior durante la fase de vaciado.

¿Cuáles serían los tratamientos de elección para conseguir paliar las alteraciones vesicales que sufren estos pacientes?

En los pacientes con urgencia urinaria, lo primero serían las medidas higiénico-dietéticas, es decir, reducir peso, no consumir cafeína/teína ni alcohol, eliminar el tabaco, reducir la ingesta de líquidos a un máximo de 2 litros al día y no ingerirlos a partir de 3 horas antes de ir a dormir. Estas medidas son las más difíciles de cumplir por parte del paciente, y son igual de efectivas que los fármacos anticolinérgicos, que son la segunda opción de tratamiento en cuanto al alivio de los síntomas urinarios.

En cambio, cuando el problema es la incapacidad de vaciar la vejiga por sí mismos, el tratamiento de elección sería el cateterismo intermitente, que se utiliza cuando el residuo postmiccional es mayor que 150cc o bien cuando el residuo provoca infecciones de orina de repetición.

¿En qué consiste la técnica del autosondaje o cateterismo intermitente y qué beneficios aporta al paciente su realización?

Consiste en introducir una sonda en la vejiga para vaciarla, y retirarla una vez vaciada. Se realiza con una sencilla técnica limpia (muy importante la higiene de manos), por lo que es cómoda y rápida para el paciente. Esta técnica permite llevar una vida más autónoma, y evita los riesgos de un sondaje permanente (infecciones de orina, cálculos renales, riesgo de cáncer de vejiga…). Además, el autosondaje también permite al paciente tener una mejor vida sexual.

Sabemos que una de las claves del éxito en la adherencia a este tratamiento es el acompañamiento/soporte al paciente por parte de los profesionales sanitarios. ¿Qué papel juega la enfermería especializada en todo ello?

El poder contar en estas unidades multidisciplinares con una enfermera especializada es fundamental, ya que será la encargada de acompañar al paciente durante todo su proceso de aprendizaje. Dicho proceso variará de un paciente a otro por lo que es muy importante la visión holística del paciente que tiene la enfermería.

¿Cuáles son los criterios/requisitos que deben cumplir las sondas?

Hay que elegir la sonda más adecuada para cada paciente, por lo que es muy importante que este se implique en la elección, siempre asesorado por su enfermera especializada o médico especialista.

En general, las características a tener en cuenta son: la lubricación y flexibilidad de la sonda, para evitar complicaciones en la uretra (sangrado, estenosis…); la longitud y el calibre (no es igual para un hombre que para una mujer ya que la uretra femenina y masculina son distintas); la posibilidad de sondarse sin tocar la parte de la sonda que se introduce en la uretra, ya que así disminuye el riesgo de infecciones; la discreción del envase de la sonda, y la facilidad de transporte.

¿Qué beneficios destacaría de las soluciones que ofrece Wellspect?

De los productos de Wellspect para la realización del autosondaje se valora mucho la correcta y homogénea lubricación de las sondas, así como su máxima discreción.

En el caso de las sondas masculinas, el poder llevarlas dobladas hasta 24 horas sin que la sonda pierda sus propiedades es una gran ventaja para el paciente. Además, para los hombres, Wellspect ofrece tanto la opción de una sonda con punta redondeada, como punta “pico de pato/tiemann”, para poder elegir en función de las características de la uretra del paciente.

Y en el caso de las sondas femeninas, Wellspect tiene disponibles varias sondas financiadas para que la mujer pueda escoger según sus preferencias y necesidades. La última sonda femenina que lanzaron recientemente permite que el agarre de la sonda sea mucho más versátil y además cuando la tienes en la mano no parece ni que sea una sonda.

¿Refieren los pacientes con EM algún tipo de sintomatología intestinal que pueda estar relacionada con la enfermedad?

Si, efectivamente cuando hablamos más en profundidad con ellos sobre cómo es su día a día con los problemas de vejiga que presentan y cómo les impacta en su calidad de vida, en ocasiones algunos pacientes también nos expresan que no sólo “tienen el problema del pis” sino que también sufren a veces de estreñimiento y/o incontinencia fecal.

En un porcentaje nada despreciable de pacientes con EM, este doble impacto de la continencia puede llegar a ser un gran problema por el aislamiento social al que les lleva y la afectación psicológica que les supone convivir con estos síntomas si no les damos solución.

¿Cuál es la forma de proceder cuando detectáis que coexisten síntomas intestinales?

Cuando detectamos que el paciente tiene síntomas de estreñimiento, lo derivamos al rehabilitador de suelo pélvico para que realice las pruebas pertinentes y valore el tratamiento. El estreñimiento puede agravar los síntomas de hiperactividad de la vejiga.

Y si refiere síntomas de incontinencia, lo solemos remitir al digestivo para que realicen una manometría y valoren posibles tratamientos. No debemos olvidar que la incontinencia fecal es un problema que afecta sobremanera la calidad de vida de nuestros pacientes. Además, ambos problemas son causantes de infecciones urinarias de repetición.

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