El cateterismo intermitente marcó la diferencia en mi vida, estoy orgullosa de autosondarme

Después de que le dijeran que tendría que sondarse el resto de su vida, Teresa se sintió avergonzada. Ahora se siente orgullosa de optar por el autocateterismo.

Teresa había vivido sin saberlo durante años con una disfunción de la vejiga no diagnosticada, y solamente se pudo identificar el problema gracias a una resonancia magnética tras una hernia discal en la espalda.

“La resonancia mostró que tenía una masa muy grande en el abdomen que necesitaba una exploración. Luego se descubrió que tenía una vejiga bastante grande y todas las pruebas que me hicieron después mostraron que, probablemente cuando se me desprendió un disco, se dañaron algunos nervios de mi columna vertebral. Esto significaba que había perdido totalmente la sensación de saber cuándo tenía que ir a orinar, y mi cuerpo lo compensó reforzando en exceso la musculatura del fondo de la vejiga”.

“Así que, desgraciadamente, no sé cuándo necesito ir a hacer pipí y, aunque lo supiera, no sería capaz de orinar”.

Después del diagnóstico

Tras el estudio urodinámico, Teresa se resistió inicialmente a la idea de tener que sondarse y se le dio la opción de tomarse un tiempo para considerar sus opciones. “Cuando me dijeron que tenía un problema en la vejiga me sentí absolutamente mortificada. Tú no esperas llegar a los 40 años y que te digan que, de alguna manera, tu cuerpo se ha estropeado y que corres el riesgo de necesitar diálisis. Fue un momento crucial para mí. Lo dejé y lo dejé y lo dejé... y traté de esconder ese horrible problema en alguna parte. Pero dos o tres años después supe que estaba empeorando. No podía orinar en absoluto, me sentía muy incómoda, me veía muy hinchada y realmente tenía mucho sobrepeso. Así que volví a hacerme una segunda serie de pruebas urodinámicas con un especialista encantador y una enfermera fabulosa especializada en el cuidado de la vejiga, y hablamos de las opciones. Me atreví a dar el paso y decidí empezar con el autocateterismo”.

“No fue un paso fácil. Me sentía humillada, muy avergonzada y, al ser algo nuevo… La mayoría de la gente no afronta bien los cambios, sobre todo cuando se trata de algo relacionado con el cuerpo. Fue un momento bastante difícil y estoy muy agradecida a mi estupendo marido por haberme apoyado tanto”.

Aprendizaje del Cateterismo Intermitente (CI)

“Que te enseñen a sondarte puede ser un proceso relativamente corto, pero el aprendizaje personal que sigue a la consulta médica inicial puede ser un proceso más largo. Cuando empecé a autosondarme, la enfermera especializada de mi hospital local fue muy paciente conmigo, pero te encuentras en un entorno bastante engañoso. En ese momento estaba en una camilla de hospital y ella me enseñaba lo que tenía que hacer. Fue muy clara con los pasos y la frecuencia con la que debía sondarme, y me envió a casa con unas cuantas sondas para que empezar a probarlo”.

“Por supuesto, pasar de ese entorno estéril de la camilla a tu propia casa y, evidentemente, a tu propio baño, fue una transición bastante difícil. Así que mi consejo para cualquiera que sea nuevo en esto es que se meta en su baño lo antes posible y que practique tan a menudo como pueda. Obviamente, no querrás sondarte 100 veces al día. Hazlo sólo cuando lo necesites, pero tómatelo con mucha calma: cierra la puerta del baño para que no entren los niños, tu mujer, tu marido o tus mascotas. Tómate tu tiempo para aprender cómo funciona tu cuerpo y qué es lo mejor para ti cuando usas una sonda”.

Apoyo crucial

Teresa no ha estado sola en su viaje con el CI, y agradece a quienes han estado ahí para apoyarla en el camino. “Me siento como una deportista con mi equipo alrededor, especialmente con las enfermeras, porque han hecho que toda la vergüenza desaparezca. Estos hombres y mujeres se enfrentan al CI todos los días de su vida y para ellos es normal. Ellos ya lo han visto todo antes, lo han hecho todo, y han respondido a todas esas preguntas incómodas”.

“Además de los profesionales de la salud, a lo largo del camino me han ayudado otras personas. Evidentemente, mi marido es fabuloso. Nos vamos a menudo de vacaciones y es él quien va a buscar y encuentra un baño adecuado para mí. Sabe que mi listón está alto, ya que quiero jabón, toallas limpias y buena luz, así que es fantástico. Si alguien lo necesita, ¡se lo puedo prestar!”.

“Durante el primer año tuve algunas conversaciones difíciles con amigos y gente del trabajo. Estaban algo cohibidos, pero me dieron la oportunidad de aprender a hablar con la gente sobre el CI. Con el paso del tiempo, tener estas conversaciones me ha hecho ser mucho más positiva y tener más confianza en el CI. Cuando empiezas a hablar ya no te sientes avergonzada y, de hecho, estoy muy orgullosa de autosondarme”.

Consejo

Seis años después de su decisión de empezar a usar el CI, Teresa quiere compartir algunos consejos con las mujeres que están empezando a usar el cateterismo intermitente. “El CI ha supuesto una gran diferencia en mi vida y en cómo me siento físicamente, así que quiero que todo el mundo se beneficie de esa positividad”.

“Mi primer consejo para cualquier persona que emprenda este viaje es que se mantenga hidratada. Siempre oímos hablar de los beneficios del agua y es especialmente importante cuando te autosondas, ya que este hábito puede ayudarte a reducir el número de infecciones”.

“Mi siguiente recomendación es que hay que mantener la confianza en uno mismo. Todos sabemos que cuando nos autosondamos lo hacemos porque tenemos algún tipo de problema con nuestro cuerpo, pero cuando lo haces, debería hacerte sentir positivo. Así que ten confianza en lo que haces, ¡créeme, nadie te mira cuando estás usando un baño público!”

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